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domingo, 22 de junio de 2008

Lily Perez dice: La Alianza se ha puesto muy momia

carasEntrevista en Revista Cosas - Junio 2008

Menos teoría y más acción. Eso pide la ex diputada de RN, al analizar la actuación de la Alianza. Es optimista frente a la chance que tiene Piñera de llegar a La Moneda y dice que el mismo gobierno lo está ayudando en ese propósito, porque al dispararle tanto obliga a unificarse a su sector.

Lily Pérez debe ser, por lejos, una de las políticas con más arrastre masculino. Aclaremos que no hablamos de votos, sino de gustos. Con su cuidada melena rubia y una figura que ya se la quisiera una quinceañera, Lily Pérez tiene un verdadero clan de admiradores y ella no sólo lo sabe, sino que también lo disfruta. En su página en Facebook vuelan los piropos, incluso, algunos fans le mandan CD con música desde España. Y en el mundo de la política, no son pocos los que declaran su debilidad por ella.

Instalada como secretaria general de Renovación Nacional, Lily Pérez siempre aparece entre las tres primeras figuras mejor evaluadas de la Alianza y es una mujer liberal. Fue una de las primeras que, junto a la diputada Karla Rubilar, criticó la prohibición de la píldora del día después. Está convencida de que es necesario hacer cambios en el padrón electoral y abrir espacio a los jóvenes para darle más incertidumbre a las elecciones. De ahí quizás que, para esta ex diputada, la derecha “se ha puesto un poco momia”. Y reta a muchos dirigentes de la Alianza a dejar de hacer filosofía política y bajar a tierra para ganar la próxima elección. Lily Pérez asegura que su generación tiene “hambre” por llegar al poder. Por eso, defiende a Sebastián Piñera con uñas y dientes. Para ella, él es la única opción. La partida de Hernán Larraín de la UDI es un tema del cual prefiere tomar distancia, por ser un asunto interno de sus socios. Sin embargo, ve con buenos ojos un recambio generacional en la Alianza. “Es bueno renovar los proyectos políticos y eso se logra con buenos equipos”, afirma.

–Se aprecian diferencias en torno a cómo ser oposición. Allamand plantea el desalojo. Lavín habla del “bacheletismo-aliancista”, Piñera de un nuevo trato. ¿Qué pasa que no logran aunar un concepto claro?

-La Alianza, al empezar a teorizar con respecto a cómo tenemos que cumplir el rol de oposición, se ha puesto una trampa. Cada uno en su estilo y con sus ideas aporta a un objetivo común que es ser gobierno. Entonces, este tironeo entre el “desalojo”, el “nuevo trato” y el “consenso” es un desalojo teórico. Hay que dar señales concretas de hacia dónde vamos. ¿Fiscalización? ¡Bienvenida! ¿Denuncias? ¡Bienvenidas! ¿Dureza con el gobierno? ¡Bienvenida! ¿Acuerdos con el gobierno? ¡Bienvenidos! Pienso que cualquier oposición, para llegar al gobierno, tiene que estar construida por “halcones” y “palomas”. Sería un error casarse con una estrategia. Al final, todo suma.

–¿Por qué, según usted, la derecha tiene ese instinto por hacerse trampas?

–Porque ése ha sido el sino de la derecha toda la vida.

–Pero uno esperaría que aprendieran.

–Por eso insisto en esto. Me da risa cuando salen las teorías nuevas. No sé desde cuándo tengo tantos colegas filósofos políticos. Yo tengo un diplomado en filosofía política y no puedo creerlo. Lo que nosotros necesitamos es más acción que teoría. La gente está esperando más señales. No basta con decir que vamos a ir a capturar el centro político. Hay que dar muestras de que es así.

–¿Cuánto afecta el “festival de las tesis” a la imagen presidencial de Piñera?

–Creo que cada día menos. Se produjo un tironeo fuerte el año pasado en nuestro sector y no hay que negarlo, pero tengo la impresión que fue el propio gobierno, el 21 de Mayo, el que nos cambió el eje. Estoy convencida de que el 21 de Mayo fijó un antes y un después en la candidatura de la Alianza.

–¿Por qué?

–Porque ahí todos los palos fueron para Piñera. Eso dejó en evidencia que el gobierno tiene un gran temor ante la figura presidencial de Piñera. Así que fue el propio gobierno quien nos sacó de ese tironeo interno que teníamos.

–¿Pero realmente los sacó? Porque, aunque Piñera aparece con la primera opción en las encuestas, la Alianza sigue haciéndose trampas.

–El problema es que la Alianza en algunos temas se ha puesto muy momia. Esa actitud que se ha visto en un sector de la derecha, es un tema que empieza a generar una tensión interna.

–Las personas de ese sector de la derecha al que usted alude, ¿se han puesto momias o son momias?

–Tal vez son, pero ahora se nota más.

–¿Lo dice por el tema de la píldora?

–Lo digo por las reacciones. El tema de la píldora es muy discutible. Yo respeto mucho a los que son contrarios a ella, pero no me parece bien es el manejo que ha habido. Cuando salen puros diputados de la Alianza, ya no sólo presentando requerimientos contra la píldora, sino hablando contra métodos anticonceptivos instalados hace más de 30 años, como el dispositivo intrauterino y las pastillas que contienen levonorgestrel, que además cualquier médico especialista en fertilización asistida los utiliza en todos los tratamientos de parejas que no pueden tener hijos, es una cuestión mucho más profunda.

–¿En qué más nota que se han puesto momios algunos en la derecha?

–Cuando tú ves a un grupo de diputados de la UDI haciendo declaraciones en contra de resoluciones de los tribunales en materias de derechos humanos, en el caso del sacerdote de la Quinta Región… O cuando el gobierno anuncia un bono… La verdad es que los bonos hay que respaldarlos. Quizás 20 mil pesos para un político no son nada, pero para una persona con una pensión inferior a 150 mil pesos, es más del 10 por ciento… A ese tipo de cosas me refiero. Más que las declaraciones, el problema son las señales que se dan. Siento que hay un sector de la derecha que se nos ha endurecido.

–Pablo Longueira ha criticado a la derecha y dice que sólo le están hablando al 35 por ciento de la derecha dura. ¿Tiene esa sensación?

–Yo creo que se están haciendo esfuerzos por hablar a la mayoría. Y esas declaraciones que se hacen son pasos hacia atrás. No comparto cuando él dice que la derecha está histérica. No veo los motivos para plantear algo así. En lo que sí creo, y en eso puedo coincidir con Longueira, es que a veces, en algunos planteamientos, se pierde el “hambre de ser mayoría”.

–¿Y qué frena ese apetito?

–Tal vez, que a algunos les queda muy cómodo ser oposición, porque ser gobierno es una gran responsabilidad. Pero al menos mi generación tiene “hambre”, porque nunca hemos estado en un gobierno. Tenemos ansias de hacer los cambios que creemos deben hacerse en Chile. Y en ese sentido, tenemos una vocación de mayoría muy fuerte. Y reconozco que en la derecha hay generaciones que tuvieron una vocación más minoritaria y eso se expresa en muchos temas.

–¿Siente que su generación se está jugando su sobrevivencia política en la próxima elección?

–No mi generación. Hay una que me antecede, que es la que tiene gran responsabilidad en cómo se han llevado las cosas hacia adelante.

–¿Quiénes están en esa generación?

–No quiero personalizar. Pero claramente los que nunca hemos pertenecido a un gobierno, miramos las cosas de una manera distinta. Buscamos una renovación real. Yo critico al gobierno porque va a cumplir 20 años con los mismos ocupando los cargos, pero cuántos de nuestros parlamentarios también llevan largos años. Seamos más coherentes y démosle más tiraje a la chimenea.

–¿Y dónde ubica a Andrés Allamand?

–Creo que él hace un aporte. Siempre está entregando buenas ideas. A veces, las comparto y otras no. Pero siento que él está absolutamente jugado porque lleguemos al poder.

–Ahora que empiezan en serio las campañas, ¿cree que Piñera pueda mantener su supremacía en las encuestas y sin desgastarse?

–Yo veo que la gente está tan ávida de esperanza, de un cambio, que la candidatura de Piñera, lejos de estancarse o irse hacia abajo, se ha ido fortaleciendo. Sebastián lo ha hecho súper bien. Ha constituido un equipo cercano. No se ve solo, como ocurrió durante un tiempo. Creo que estamos haciendo las cosas bien.

–¿De qué tiene que cuidarse Piñera de aquí a 2009?

–Es correcto ir cerrando los flancos abiertos por su vocación empresarial.

–¿Ese es el único punto flaco de Piñera? Porque muchos creen que él carece de empatía, de afectividad.

–He leído esa crítica, pero la gente no anda buscando un papá para que sea Presidente de la República.

–Pero Lagos fue como un papá y Bachelet como una mamá.

–Pero ahora la gente está buscando a alguien que tire a Chile para arriba, que dé un salto al futuro, que nos impulse y nos proyecte; que dé posibilidades de emprender. En el fondo, la gente quiere a alguien que resuelva.

–Y cuando dice que la derecha se ha vuelto momia, ¿qué pasa con Piñera? El es el candidato de la derecha.

–El es el candidato de la Alianza, que convoca mucho más que a la derecha. La derecha es sólo una parte. Estamos abiertos a acoger o meternos en un pacto con “Chile Primero”, con los “colorines” (ex DC), con los independientes regionales… Hay gente muy valiosa que hoy no está en los partidos. Una de las gracias de la Alianza es que es más que las sumas de la derecha.

–Pero no será fácil ese pacto. Esta es una sociedad muy conservadora. De hecho, llevamos casi 20 años sólo con dos grandes bloques políticos.

–Sí, y vamos a tener mucha resistencia aquí adentro cuando tengamos que omitirnos en ciertas comunas. Pero ésas son señales. El centro político se conquista con señales, no con discursos. Debemos convocar a personas que piensen distinto. Sólo así vamos a ser gobierno.

“ESPERO RECIPROCIDAD DE LA UDI”

–¿Cómo ve a la UDI en este proceso? Cuando Lavín era el líder indiscutido, RN se plegó y no se resistió mucho. No pasa lo mismo con Piñera.

–Y te voy a agregar algo más: Lavín en esa época hablaba de un gobierno de unidad nacional, que es lo mismo que plantea hoy Sebastián Piñera; convocar a gente de distintos sectores e instalarlos en el gobierno. Pero en ese minuto nadie alegaba. Espero esa reciprocidad.

–¿Cree que a Lavín ya se le pasó la hora como candidato presidencial?

–El ya tuvo su momento; lo hizo lo mejor que pudo y contó con el apoyo de todos nosotros. Y yo soy de las que no me arrepiento de haberlo respaldado.

–¿Dónde le gustaría ver a Lavín?

–En el Senado o en un cargo de gobierno, como Mideplan.

–Pensando en el 2009, ¿qué representarían figuras como la de Lagos y Piñera?

–El pasado y el futuro.

–¿Pero cómo cree que sería el escenario si fuera Lagos quien enfrenta a Piñera?

–Sería una campaña apasionante. Mucho más ideologizada y más dura.

–¿Es Lagos el candidato que tiene más posibilidades de ganar a Piñera?

–Sí. No por lo que dicen las encuestas hoy, que lo dan muy abajo, pero él tiene muchos recursos políticos. Fue Presidente y probablemente, es la persona que más convoca a la Concertación.

–¿Y por qué es el candidato que a ustedes más les complicaría?

–Por sus recursos políticos, creo que es el candidato más duro de enfrentar; pero la diferencia entre el Lagos de antes y el de hoy, es que antes era imbatible; y hoy ya dejó de serlo.

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